Los invernaderos se pueden clasificar de distintas formas,
según se atienda a determinadas características de sus elementos constructivos
(por su perfil externo, según su fijación o movilidad, por el material de
cubierta, según el material de la estructura, etc.).
La elección de un tipo de invernadero está en función de
una serie de factores o aspectos técnicos:
• Tipo de suelo. Se deben elegir suelos con buen drenaje y de alta calidad
aunque con los sistemas modernos de fertirriego es posible utilizar suelos
pobres con buen drenaje o sustratos artificiales.
• Topografía. Son preferibles lugares con pequeña pendiente orientados de norte
a sur.
• Vientos. Se tomarán en cuenta la dirección, intensidad y velocidad de los
vientos dominantes.
• Exigencias bioclimáticas de la especie en cultivo
• Características climáticas de la zona o del área geográfica donde vaya a
construirse el invernadero
• Disponibilidad de mano de obra (factor humano)
• Imperativos económicos locales (mercado y comercialización).
Según la conformación estructural, los invernaderos se
pueden clasificar en:
• Planos o tipo parral.
• Tipo raspa y amagado.
• Asimétricos.
• Capilla (a dos aguas, a un agua)
• Doble capilla
• Tipo túnel o semicilíndrico.
• De cristal o tipo Venlo.
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